jueves, 25 de septiembre de 2014

LAS UNIVERSIDADES PENSANDO EN LA PAZ

Durante el mes de abril y mayo la Universidad Nacional, lideró una iniciativa por la paz que se llamó, COMUNICA EN PAZ. El objetivo de la campaña era convocar al mayor número de  colombianos y colombianas a realizar una muestra artística que explicara en un minuto, a qué les sonaba la paz? La convocatoria contó con la participación de 337 muestras de colombianos y colombianas de todo el país. 

Estas iniciativas no pueden dejar de alegrarnos y sobre todo, hacernos reflexionar seriamente en la paz como propósito superior y nacional. Este es el link donde se puede acceder al evento que premió a las categorías ganadoras.
http://www.prismatv.unal.edu.co/nc/detalle-serie/detalle-programa/article/evento-de-entrega-de-reconocimientos.html  


LA PAZ EMPIEZA CONMIGO


Casi siempre, frente al escenario de corrupción, violencia y demás noticias que se ventilan o  las mismas situaciones que experimentamos cotidianamente, respondemos con queja, tristeza, temor, indignación y muchas veces parece que la impotencia fuera nuestro asidero. Pero lastimosamente son pocas las veces que nosotros, ciudadanía,  actuamos o nos movilizamos para la transformación. En cierta medida podría decirse que esto se debe a que nos hemos acostumbrado a mirar los problemas públicos (1)  como problemas frente a los cuales nuestra influencia es mínima o ninguna o porque los consideramos como  ajenos a nuestro quehacer.

La paz no es un tema que escape a esa percepción distante y mucho más si la encasillamos en el proceso que se adelanta en la Habana. Y es en cierto sentido  un hecho. Tal vez nunca lleguemos a sentarnos frente a frente con las partes de este largo conflicto que le ha robado a Colombia la posibilidad de crecer y desarrollarse con mayor amplitud. Pero en un sentido más personal, es un hecho que si tenemos la oportunidad de contribuir a  la paz, entendida como  un  bien que tiene su origen en cada sujeto. Ya hemos oído "que no se puede dar lo que no se tiene".  En cierta medida la paz empieza con cada uno y avanzar en esta comprensión puede llegar a constituirse en una manera eficaz de movilización por la paz.

¿Qué pasaría si cada uno asumiéramos un compromiso real con eso que llamamos paz? No lo sé; tenemos que empezar a hacer el ensayo y tal vez nos encontraremos con una sociedad que poco a poco se vuelve más dueña de sí misma y sus emociones. Tal vez, nos volvamos más solidarios y pacificadores en momentos de alteración. Tal vez frente al atropello en lugar de responder también violentamente, podamos manifestar nuestra inconformidad con asertividad e inteligencia. Tal vez el reconocimiento de nuestras propias debilidades nos ayude a perdonar la actuación de quien voluntaria o involuntariamente nos ofende. Tal vez, nos volvamos más tolerantes con respecto a quien no encuentra aún su lugar y menos tolerantes con la corrupción, inequidad, pobreza y violencia. Tal vez aprendamos a escucharnos y a vernos con nuevos ojos. Tal vez cuando oigamos noticias desalentadoras, podamos decirnos a sí mismos que esa sólo es una parte de la realidad evitando caer en las etiquetas y generalizaciones. Tal vez en medio del caos cotidiano de pitos y carros, aprendamos a encontrar en nuestro interior un lugar para el silencio y la calma.  Tal vez perdamos el miedo a saber quienes somos y se consoliden relaciones más auténticas. Tal vez unamos nuestra voz en una sola para decir que la paz si es posible.

La invitación es hacer un espacio en el día para respirar honda y profundamente; .un espacio para  llamar la Paz que vive en nosotros y darle su lugar; un espacio para elevar un pensamiento por la paz de Colombia y decidir firmemente no alimentar los discursos del miedo y la fatalidad. De esta manera mejora nuestra salud mental y física, y contribuimos  extensamente para que la paz sea un hecho.

¡Hagamos el ensayo!


(1) Lo público es el espacio de la participación, las actuaciones y decisiones que tienen inferencia sobre todos los ciudadanos. No solo se refiere al Estado.  


ZSUMA DIFERENCIA
   Transformación  del conflicto 
www.zsumaporlapaz.com 
Teléfonos: (1) 7 435476  - 300 2212691 
Bogotá – Colombia.  

jueves, 4 de septiembre de 2014

¿ESTÁ LA SOCIEDAD COLOMBIANA PREPARADA PARA ABRAZAR LA PAZ?

Es difícil no pensar que están llegando a un punto de no retorno  los diálogos que se están llevando en la Habana, no sólo por el hecho de los avances del proceso sino porque cada vez más, se oye en las conversaciones formales e informales hacer pronunciamientos sobre la paz. Encuentro en este ejercicio e interés (por cierto, aún muy fragmentado y polarizado), una oportunidad excepcional para imaginarse que sucederá si finalmente se firma el acuerdo. ¿Está la sociedad colombiana preparada para abrazar legítimamente esta iniciativa? ¿Cómo saberlo?

Son preguntas para las que las respuestas no son fáciles. Para empezar tendríamos que considerar que una decisión política es legítima, en tanto cuenta con el  respaldo de los ciudadanos que justifican y comprenden las razones de la decisión.  Si pensamos en la polarización que mostraron las elecciones, diríamos que la sociedad está dividida entre los que legitiman la paz y los que no. Sin embargo, hay una imprecisión inaceptable  que debe ser corregida a tiempo si no queremos cerrar de entrada la posibilidad a este propósito,  que está  por encima de cualquier ideología política, religiosa o filosófica. 

Creo que todo ciudadano capaz de pensarse en una sociedad más justa y equitativa con más oportunidades de desarrollo económico que reconozca y respete el medio ambiente,  no pone en tela de juicio el hecho de que la paz es deseable y necesaria. Aunque no se puede desconocer que también están  los señores de la guerra (1) que ven amenazado su proyecto económico, político y social (2) y no tienen interés alguno en defender sinceramente el propósito de la paz.  Sin embargo, la claridad que considero debemos anteponer cuando como ciudadanos dialoguemos sobre estos temas, es nuestro punto de encuentro, todos queremos la paz.

Lo que nos diferencia es el posicionamiento que se ha nutrido de lo que pensamos es la  forma adecuada de lograrla, asunto de por si tan complejo como el hecho de la paz misma. Por lo que es necesario hacer énfasis en otro aspecto.  Ningún proceso de paz, ha sido lineal ni durante ni posterior a la firma de un acuerdo. Al contrario, ha sido accidentado y no ha  tenido asidero confiable. De hecho, muchos comienzos se debieron a los destrozos cruentos y masivos de la guerra  que llegaban a un punto donde toda esperanza de paz parecía irrisoria, como puede parecernos a nosotros. Sin embargo, experiencias donde la situación se veía más desoladora, donde el gobierno ostentaba el imperio de una ley abiertamente injusta, como fue el caso de Sudáfrica y donde los ciudadanos estaban divididos unos contra otros,  hubo un liderazgo que en semejantes circunstancias se atrevió a creer y luego a trabajar por la  transformación de su país en uno mejor.

Para comprometerse con un ideal, en este caso, el de la paz,  uno debe estar convencido; haber reflexionado y encontrado razones, una certeza del sí es posible (porque hasta lo imposible es posible), con lo que no se está invitando a negar la realidad, o asirse de una fe ciega. Es más bien, a partir de la comprensión de la complejidad buscar y proponer  rutas posibles de actuación.

¿Qué no será fácil? ¿Dos pasos adelante, uno hacia atrás, dos atrás, uno adelante?… Eso debemos saberlo y aceptarlo, tanto como que la  paz es posible y que el paso más importante y determinante, es el que damos cada uno de los colombianos.  Necesitamos encontrar razones para la paz y razones hay muchas. Piénselo!

PD 1: No me refiero solamente a aquellos agentes  de la ilegalidad como los que operan en el narcotráfico, sino también a quienes a través de la violencia estructural y directa, legitiman su poder.
PD 2: Económicamente, estos negociantes de la guerra, verían notoriamente disminuidas las cuantiosas “utilidades”. Políticamente, tendrían que imaginar otra ideología  para gobernar distinta de la política del miedo y el terror. Socialmente, el status quo de estos señores, en algunos casos amparados por la ley, se vería intranquilizado puesto que ciudadanos más libres y menos sometidos al temor, podrían estar más dispuestos a participar en el reestablecimiento de derechos que se han vulnerado históricamente.


Por: Lucero Bonilla Guzmán

ZSUMA DIFERENCIA
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No tengas miedo

"Don't be afraid though the river is high...for it's only water...nourishment for the flowers!!! Fear not the fire...for it is ...