Generalmente, el conflicto se ha entendido desde una connotación negativa y por lo mismo, se mira como algo indeseado que debe ser evitado, negado, eludido y en el peor de los casos, debe ser afrontado con agresión.
Si hacemos un recorrido superficial por la historia de la humanidad, nos encontramos que el conflicto ha hecho, y sigue haciendo parte de nuestro transitar en la vida. En lo cotidiano y a escala global lo vemos diariamente, y contrario a lo que se pensaría, pareciera que hemos aprendido muy poco sobre la naturaleza de los conflictos y la forma de tratarlos apropiadamente.
Sin lugar a dudas, resolver los conflictos pacíficamente no es fácil, y esto podría sustentarse en tres razones principales. a) Hemos aprendido a temerle al conflicto y lo afrontamos inadecuadamente b) Hemos descuidado la formación en habilidades y capacidades para asumirlo responsablemente. c) No todos los conflictos son simples, puesto que existen distintas variables individuales, familiares, sociales y culturales que confluyen y lo complejizan.
Evidentemente, muchos interesados en el tema, han desarrollado teorías, conceptos, procedimientos y recomendaciones. Sin embargo, tenemos que reconocer con frustración e impotencia que las experiencias catastróficas de antaño, se repiten una y otra vez hoy día. Así, las relaciones humanas y los conflictos que surgen de la interacción continúan planteando el mismo desafío: ¿Cómo podemos resolver pacifica y creativamente los conflictos?
Sin querer desconocer los importantes aportes de otras teorías quisiera rescatar la propuesta que lidera John Paul Lederach. El no habla de la resolución de conflictos, él habla de la transformación de estos y su invitación, de manera muy sucinta, es primero a aceptar el conflicto como inherente a las prácticas sociales y segundo, a concebirlo como una oportunidad para la transformación individual y social.
Desde esta perspectiva y con ánimo de mejorar nuestras relaciones con nosotros y con los demás, es necesario:
- Resignificar la visión del conflicto y aceptarlo como una oportunidad de aprendizaje, crecimiento y progreso humano.
- Mejorar, desarrollar y potenciar habilidades personales y sociales para afrontarlo constructivamente y de ser necesario pedir ayuda a un tercero con conocimiento y experiencia.
- Poner en práctica nuestros aprendizajes para transformarnos y transformar.
Terminando, quiero invitarlos a asumir el desafío de afrontar provechosamente los conflictos que se nos presentan cotidianamente. Un primer paso ineludible es mirarnos a sí mismos con respeto y reconocer lo singular que hay en nosotros y entender que de igual manera los demás también son seres únicos. Asumir un compromiso genuino con la vida es un camino indispensable hacia familias en paz, una Colombia en paz, un mundo en paz.
Por: Lucero Bonilla Guzmán
ZSUMA DIFERENCIA
Transformación del conflicto
www.zsumaporlapaz.com
Teléfonos: (1) 7 435476 - 300 2212691
Bogotá – Colombia.
www.zsumaporlapaz.com
Teléfonos: (1) 7 435476 - 300 2212691
Bogotá – Colombia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario